¡La fiesta del millón!

Ya estamos en febrero, lo que significa que ya comienza la fiesta del millón. Estoy muy emocionada y no creo ser la única. De hecho, muchas personas —incluyéndome— se están preparando para esta fiesta.

Pero, ¿Qué es eso, Gisselle? ¿Te has vuelto loca? ¡¿De qué estas hablando?!

Vale, vale, ya les explico. Todo esto tiene que ver con mi vida fuera de los libros. Así es, la música. Y como alguno de ustedes sabrán (y si no saben les digo) soy clarinetista y pertenezco a una orquesta. Esa orquesta parte de las tantas orquestas del país que conforman FESNOJIV. ¿Qué significa FESNOJIV? Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, mejor conocida como El Sitema.

Me siento orgullosa de decir que pertenezco al sistema, la verdad. Les hablaré un poco de él:

«El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela es una obra social y cultural del Estado venezolano. También conocido como El Sistema, fue concebido y fundado en 1975 por el maestro y músico venezolano José Antonio Abreu para sistematizar la instrucción y la práctica colectiva e individual de la música a través de orquestas sinfónicas y coros, como instrumentos de organización social y de desarrollo humanístico.»

Actualmente cuenta con 371 núcleos y 1182 módulos que atienden a 500.000 niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Este año, 2015, El Sistema cumple 40 años de su fundación y lo celebraremos con la fiesta del millón.

La fiesta del millón consta que durante el mes de Febrero (desde el 02-02-2015 hasta el 28-02-2015) se realicen una serie de conciertos a nivel nacional y así lograr la meta de un millón de conciertos en un mes.

Los conciertos se realizaran en escuelas, liceos, plazas o demás lugares públicos. Cada uno de los integrantes de las orquestas (desde el más pequeño hasta el más viejo), así como también las orquestas como tal, deberán presentar un número de conciertos para lograr llegar a esta suma. 

¿No creen que es emocionante? Pues, a mi me toca tocar en mi colegio y eso es, bueno, algo penoso. ¡Pero por mi orquesta lo que sea!